En una misa a la que asistieron jóvenes de varias instituciones educativas de Soledad, la Premio Nobel de Paz, Rigoberta Menchú, envió un mensaje de reconciliación.

"Todo lugar donde se puede proclamar la paz, también se puede sembrar la paz y todo lugar donde se siembre la paz se siembra el respeto, el respeto mutuo entre las personas, el respeto mutuo entre las naciones y el respeto mutuo entre las formas de pensar" dijo la guatemalteca al terminar la ceremonia religiosa.

La guatemalteca pidió al Creador "amplíe nuestras mentes para ser una mejor persona". Acto seguido dijo a los jóvenes: "a ustedes les toca la misión". "Nosotros hemos hecho algo de lo que nos toca hacer. Pero a ustedes les toca más. El reto es hacer realidad la armonía plena plena para conseguir lo más sagrado para la humanidad que es la felicidad", precisó.

Al tomar la palabra, la Premio Nobel de Paz resaltó que "en cada mente que está aquí presente hay una luz plantada, porque comulgamos la fe y un pensamiento para hacer bien las cosas".

Finalmente, al hablar del mensaje que profesa por el mundo, Menchú indicó que su misión de paz "no es un sueño sino es algo que tiene que ver con la confianza humana y las transformaciones individuales de las personas para que hagan un mejor mundo".

Tras la misa en la Catedral Metropolitana,  la Premio Nobel de Paz se trasladó al Museo Bolivariano de Soledad.